En los análisis hay puntos de viraje que podríamos decir son sin retorno. Algo cambia. Una transformación que no es del orden de la idea ni del pensamiento tiene lugar, cuando cuerpo y palabra hacen eco.
Lacan trató, en diversos momentos de su enseñanza, el tema de la interpretación. La situó con respecto a los modos de producción del sentido, las condiciones y los límites de la sintaxis, la lógica y sus estructuras –no sin el añadido del tiempo. Pero al final se inclinó por la poesía, llegando a afirmar que nada más que ella (la poesía) permitía la interpretación.
La poesía: vía que toca el cuerpo en el límite entre sentido y goce, introduciendo en él un efecto nuevo a través del eco de la palabra. El efecto de agujero, más allá del sentido, introduce el vacío. Octavio Paz decía que “la poesía revela este mundo, crea otro”, y la interpretación en tanto que poética, eje que Freudiana ha elegido para este número es lo que lo permite en el análisis. Al agujero que se produce mediante lo escrito en la palabra, a través del equívoco, la resonancia y el eco del decir, es a lo que Lacan apunta cuando habla de la poesía en la interpretación psicoanalítica. Así, en el Seminario 24 dice: “en la escritura poética china tomábamos la noción de lo que es la poesía, no toda la poesía… hablo de la nuestra especialmente… que la poesía sea tal como la podemos imaginar a través de la escritura, a través de la escritura poética china”.
Así, en Freudiana 84, los textos escritos alrededor de este eje darán cuenta del trabajo que nuestros colegas han desarrollado en relación al tema. En ellos se da cuenta de las enseñanzas que poetas como Francis Ponge o Friedrich Hölderlin nos aportan en lo que se refiere a la misteriosa relación de la palabra y el cuerpo, de la palabra y el goce. También encontraremos referencias precisas, por parte de los autores, a efectos poéticos en la experiencia analítica, así como un recorrido minucioso por la última y la ultimísima enseñanza de Lacan en lo que al nudo entre poesía e interpretación se refiere. Se trata, como indica Jacques-Alain Miller, de la interpretación no del lado de lo simbólico o del sentido, sino del lado «de lo simbólicamente real” es decir, de la elaboración o la creación –evocando la expresión de Octavio Paz–, de un modo nuevo del significante y su modo de existencia, o más precisamente un uso que no tenga ningún sentido.
La entrevista que, en este número, le hacemos a Esthela Solano-Suárez, titulada Emparentarse a un pouate, es de una exquisita precisión en sus respuestas. El recorrido a lo largo de ella, minucioso, delicado, detallista, ordenado –¡no exento de poesía!–, teje impecablemente la clínica y la episteme, la experiencia como analista y como analizante, la palabra y la escritura, la primera y la ultimísima enseñanza de Lacan.
Los textos que conforman la sección Intersecciones nos hablarán de lo inseparable de la palabra y el silencio, con Sor Juana Inés de la Cruz, por una parte, y de la clínica con niños por otra. Sobre la interpretación y sus efectos también encontraremos interesantísimos testimonios de Analistas de la Escuela (AE), de la Escuela Una. Estos dan cuenta de la manera particular en que, en cada una de las analizantes que ellas fueron, la torsión, la manipulación o la violencia –para decirlo con Jacques-Alain Miller– ejercida sobre un significante particular tuvo el efecto de ese cambio irreversible que nos interesa situar.
Los casos clínicos que publicamos en esta ocasión –la práctica clínica está siempre en el corazón mismo del psicoanálisis– son de una gran riqueza, en tanto nos enseñan no solo acerca de la dirección de una cura sino también y sobre todo de la posición del analista y la ética que sostiene la práctica del psicoanálisis. En esta misma perspectiva recogemos, en la sección dedicada al XI Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, excelentes ponencias que dan cuenta del trabajo y la orientación en la clínica de la psicosis desde la última enseñanza de Lacan. Ahí encontraremos, también, la lección inaugural de este Congreso, dictada por Éric Laurent, titulada Disrupción del goce en las locuras bajo transferencia. Esta conferencia, revisada y editada para Freudiana por el autor, aporta una lectura rigurosa en lo que se refiere al goce y su irrupción en el cuerpo a la luz de la ultimísima enseñanza de Lacan.
En la sección Lecturas nos encontraremos con la invitación a leer dos libros en donde el psicoanálisis es el centro de maneras diversas. Es el caso de Delirios y debilidades, escrito por varios colegas de la Comunidad de Cataluña de la ELP, y del Seminario teórico y Clínico ¿Cómo se construye un caso? de Enric Berenguer, también colega de la Comunidad y actual presidente de la ELP.
Al comienzo de este número de Freudiana, el lector encontrará la sexta lección del curso Causa y consentimiento de Jacques-Alain Miller, quien en esta ocasión nos conduce a explorar la cuestión del trauma en Freud y Lacan en diversos momentos de su enseñanza. Su concepción y tratamiento cambia, como podremos leer, en función de las coordenadas del momento de la elaboración epistémica en cuestión. El trauma es sin duda un elemento que está vinculado con la interpretación. El trauma como trou (agujero), como trouma. A él apunta, como referencia última, el analista, de diversas maneras, propiciando que algo del uso común de la lengua se diluya, se deshaga, que la violencia sobre la lengua a partir de una manipulación del significante, a la que antes aludíamos con Miller, permita al analizante, por así decir, su demolición por el efecto poético.
Podría aquí citar a Pablo Neruda, cuando dice: “Ha probado la Historia la capacidad demoledora de la Poesía, y a ella me acojo sin más ni más”. Demoler, crear, usar de otra manera, desarmar el sentido sin dejar de sostenerse en algo que es de otro orden que del sentido. La interpretación poética, eje de Freudiana 84, número con el que me despido luego de dos años como directora, nos habla de esto y de mucho más. De las jugadas permitidas en y con el significante y su eco en el cuerpo, dice Lacan: “por la sencilla razón de que, por estar cualquiera a su alcance sin poder en ellas reconocerse, son ellas las que nos juegan. A no ser que los poetas las vuelvan cálculo y el psicoanalista las emplee allí donde conviene”.
Claudia González
Directora
gonzalez.claudia@icloud.com
* Claudia González es psicoanalista en Barcelona, miembro de la AMP y de la ELP.